Con amenaza de lluvia y la caída de unas gotas, se celebró la 38 Subida a
Chantada, puntuable para el campeonato galego de montaña.
Miles de
espectadores daban colorido al verde de los viñedos de esta Ribera del
Miño, en
la que también se agrupaban muchas personas en las casetas (a veces
parecen casas, en vez de casetas) a preparar un churrasco, regado con un
buen vino de esta zona.
Entre los incidentes, hubo varios accidentes, que detuvieron la subida,
incluso la persecución de un espontáneo que se fue perseguido por el
circuito y aledaños por la guardia civil, haciendo que estuviese
detenida la carrera más de una hora. Este incidente tuvo su parte
positiva, al permitir que se secase el asfalto de las gotas caídas
antes.
Al anunciarse la participación de Andrés Vilariño, aumentó el interés de
la prueba, Vilariño mantuvo el primer puesto en las primeras mangas,
pero lo perdió por muy poco en la cuarta manga ante Cristóbal Serantes
que se alzó con el 1º premio de la subida a Chantada por segundo año
consecutivo, Toño Varela tercero y su hermano Sergio Varela cuarto.