LA CAPILLA DEL HOSPITALILLO Y SU CLAUSURA.
La capilla del denominado hospitalillo se encontraba hasta el año 1933 en dependencias del edificio que sirvió de Ayuntamiento de Monforte de Lemos, desde la primera parte del siglo XIX hasta el año 2001. Daremos unas brevísimas “pinceladas” sobre el tema ya que, el tema daría para escribir muchas líneas, muchas páginas sobre él. Lo haremos en el futuro, explicando, más detalladamente, muchas noticias interesantes del mismo. El hospital se ubicaba en el edificio situado en la vía hoy llamada Do Comercio, desde siglos atrás. Llevó varias denominaciones y fue administrado por diferentes personas o administraciones, a lo largo de su existencia. En el siglo siglo XV y XVI se le conocía, según la documentación que hemos manejado, como “del Arrabal”. Dependía del propio Ayuntamiento de la villa, teniendo derecho de visita al mismo, el Obispo de Lugo. Los “Hermanos Mínimos” lo administraron durante un corto espacio de tiempo, volviendo, pronto, a manos del Ayuntamiento. El 9 de octubre de 1752, Martín Gil, representante del Concejo de la villa, concertaba con la XII condesa de Lemos, Rosa María de Castro, la donación del edificio y hospital “del Arrabal” a la orden de San Juan de Dios. La condesa, además, le anexionaba el de San Lázaro, de la misma villa de Lemos y posesión de la Casa Condal. Fue conocido como Hospital de Sancti Spiritu, y como tal, figura en un buen número de documentos oficiales. Llegada la Desamortización de Mendizábal, los religiosos tienen que abandonar, forzosamente, el inmueble y la actividad que desarrollaban en él. Durante un intervalo pequeño de tiempo, siguió funcionando el hospital bajo el nombre de “Hospital de la Caridad”. Posteriormente, el Ayuntamiento solicita que le sea concedido el inmueble para trasladar las dependencias municipales a él. El inmueble que, desde hacía siglos realizaba las funciones de Ayuntamiento, en la rúa Falagueira, era del todo insuficiente, inadecuado, etc., para desarrollar la labor normal de un Ayuntamiento. Así le fue concedido y, así después de siglos, el Ayuntamiento bajaba a la parte llana de la población, saliendo de intramuros, para instalar sus dependencias en lugar e inmueble más apropiados en todos sus sentidos.
* LA CAPILLA DEL HOSPITALILLO.
Uno de los elementos principales del Hospital era la capilla, que venía funcionando desde los propios orígenes del mismo. Fue éste elemento del hospitalillo el que logró sobrevivir más tiempo, realizando su función original. Cuando el hospital solamente constituía ya un recuerdo para los monfortinos, la capilla seguía activa. Todos los domingos y festivos se celebraba misa en ella. Aunque no muy grande, los vecinos, sobre todo, de las actuales rúas Comercio, Praza de España, Cardeal (sobre todo, el denominado, popularmente, “estrecho”), acudían puntualmente a las misas matinales de domingo y las que se celebraban con motivo de algunas festividades. Llego la II República. Fue entonces cuando, un escrito de la C.N.T. dirigido a la Corporación monfortina, llamaba la atención sobre este hecho. En Sesión ordinaria de fecha 13 de noviembre de 1932, se puede leer:
“”Escrito de la C.N.T. pidiendo el cierre de la capilla del Ayuntamiento.
Seguidamente se dio lectura de un escrito suscrito por D. Enrique Vázquez como Secretario de la C.N.T. de esta localidad pidiendo sea clausurada la capilla existente en esta Casa Consistorial, por estar situada en local propiedad del Ayuntamiento y que sea cedido dicho local a la citada entidad para Casa del Pueblo. El Sr. Martínez del Sar manifiesta que efectivamente se trata de un local propiedad del Municipio y como el Estado es laico, cree que no debe autorizarse para que en dicho lugar se celebre culto de religión alguna. Referente a la segunda parte de la petición, cree no debe accederse, por la misma razón es un local municipal y debe destinarse a un servicio público por ejemplo estableciendo dependencias municipales que en la actualidad están mal acondicionadas. El Sr. López Crespo pide que tampoco se acceda a la primera parte de la petición, no conoce disposición alguna que lo prohiba y por lo tanto puede continuar en ese lugar. Por unanimidad se acuerda quede este asunto sobre la Mesa, a fin de estudiar la legislación existente referente a dicha materia y resolver en consecuencia. (…)”
La presión que ejercieron los monfortinos para que la capilla del hospitalillo no fuese clausurada, fue intensa. En 1933, se producen importantes hechos para el desenlace final. Un documento perteneciente al Archivo Histórico Municipal, registrado en el Ayuntamiento en fecha 24 de junio de 1933, firmado por el párroco de A Régoa, el bien recordado D. Benigno Jul Fernández, dice:
“(…) Habiendo declinado el honor que se me concede por el Excmo Sr. Alcalde de Monforte de Lemos (…) de fijar la fecha en que se ha de comenzar a desalojar la capilla de la planta baja de la casa consistorial, me complazco en hacer constar a ese Excmo Ayuntamiento que, mientras no se me fije el día inaplazable para comenzar a efectuar dicho traslado, no se conceptuará caducado el plazo que ha fijado esa Excma. Corporación, sin el requisito de notificarme el plazo paratorio. Tomo esta determinación, ya porque hay en los vecinos de la calle o calles, interesadas por la referida capilla, cierta oposición a la clausura de la misma, ya porque efecto de esta oposición, pudiera muy bien surgir el día del traslado algún alboroto, al que yo quiero, si se realiza, ser completamente ajeno, no dando lugar a responsabilidad ninguna ni ante ese Excmo Ayuntamiento, ni ante el pueblo creyente. Como para hacer el inventario necesito libertad absoluta de acción, la que no existe, si la persona y sus actividades no están lo suficientemente garantizadas, agradecería, por esto, a esa corporación que, al fijarme día diese toda clase de garantías de seguridad y de orden, sin cuyos requisitos me retiro a mi casa hasta nuevo aviso.”
Otro documento de fecha 27 de junio de 1933, remitido por varios vecinos de la población a la Corporación municipal monfortina, pone de manifiesto la protesta por la clausura de la capilla. El documento, dice:
“(…) Que considerando legalmente improcedente el acuerdo tomado en sesión de 13 del corriente (se refiere a junio de 1933) por ese Ayuntamiento con respecto a la clausura de la capilla de Sancti Spiritu, dedicada a la veneración de la Virgen de los Remedios, que forma parte del edificio en que está instalada la casa consistorial (…) hemos de recurrir tal acuerdo ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo y a tal exponemos (…) Dicha capilla desde el momento de la exclaustración decretada hace más de ochenta años, viene dedicada al servicio público , sin interrupción, a pesar de las variadas circunstancias que atravesó nuestra patria (…). Ha sido siempre respetada por todos y continuó dedicada sin interrupción al culto público. Al incautarse el Ayuntamiento del edificio lo hizo respetando la capilla que aunque comunica con el resto del antiguo convento, ha permanecido siempre independiente del mismo, dedicada al servicio y culto público (…)”
Se conserva otro documento perteneciente al Archivo Histórico Municipal con registro de entrada de fecha 22 de julio de 1933, respondiendo desde el Gobierno Civil a la solicitud del grupo de vecinos de impedir el acuerdo de clausura:
“(…) no cabe recurrir en la forma que se hace y pide ante este Gobierno para invalidar tal acuerdo, no ha lugar a resolver sobre lo que se solicita debiendo los reclamantes entablar el recurso contencioso que expresan, si es que de su acción se creen asistidos, ante el Tribunal correspondiente. Lugo 21 de julio de 1933.”
Los intentos de los vecinos fueron en vano. Todo estaba decidido por los que, en aquellos momentos ostentaban el poder.
Sumamente interesante, es el inventario que se lleva a cabo de los objetos que al momento de la clausura de la centenaria capilla, se encontraban en ella. El documento oficial que utilizamos, asimismo, forma parte del Archivo Histórico Municipal, llevando fecha de 31 de agosto de 1933. Entre los objetos, cabe destacar los siguientes: un retablo destinado al altar mayor de la capilla del Espíritu Santo; imágenes de la Santísima Virgen de los Remedios; de la Santísima Virgen de los Dolores; de San Juan de Dios; de S. Luis, de San Roque y de San Rafael. También una imagen del Santo Cristo; un cajón “sin valor” para ropas y un camarín destinado a imagen de San Juan de Dios. Entre las ropas, una alba bastante deteriorada; una casulla blanca; una manípulo blanco; un velo del cáliz; una casulla negra; una estola negra; otro manípulo; un velo negro del cáliz, dos manteles muy deteriorados; dos parejas de floreros; dos tarimas laterales, ambas de madera de pino y una tarima destinada al altar mayor, también de madera de pino. Dice, textualmente, el documento en cuestión: “(…) Los demás objetos que había en dicha capilla y no figuran en este inventario no se han puesto en el mismo por que se presentaron sus dueños a retirarlos, habiéndose llevado por acreditar la propiedad de los mismos. Parahacerlo así constar, lo firmamos y sellamos en Monforte, a 31 de agosto de 1933” Se pueden ver las firmas del párroco de A Régoa, del Alcalde de Monforte de Lemos y del Secretario del Excmo Ayuntamiento.
Varios artículos de prensa se hicieron eco de la noticia. Así, por poner algún ejemplo, en el semanario local “El Combate”, nº 16, de fecha 23 de diciembre de 1934, pag., 5, se puede leer un interesante artículo. Por parte de algunos articulistas, se “lanzaba” la idea de que, clausurada la capilla, se utilizara ello para instalar en esos locales una Clínica Médica Municipal de Urgencias. En tiempos del Alcalde Rosendo Vila Fernández, se dio orden al Jefe de Obras Municipales para que se habilitara tales locales para la mencionada Clínica Médica Municipal de Urgencias.
Por último, para rematar con esta breve reseña sobre el tema aquí tratado, diremos que en dicha capilla se realizaron enterramientos, sobre todo, de enfermos que morían en las dependencias hospitalarias. Así lo hemos visto y leído en documentos oficiales, por ejemplo, en los Libros de Fábrica de la parroquia de Sta. María de A Régoa.
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