En el pasado era conocida como REMBERDE. Esta denominación es una de las más antiguas del nomenclator de Monforte de Lemos. Su nombre deriva de la característica física de la zona, es decir, una zona llana y verde, con prados y cortiñas y lugares de labranza y ganadería.

 

Al llegar el siglo XVII e instalarse en la zona el convento de las MM Clarisas, progresivamente comenzó a denominarse como Santa Clara.

 

La parte superior de la vía desde el cruce con la calle de la Corredoira hasta la Estrada de Circunvalación, hoy conocida como Mª Emilia Casas Baamonde, se llamó durante 10 años calle de S. ISIDRO.

 

Fue en sesion plenaria de fecha 20 de octubre de 1887 cuando se aprobó esto y perduró hasta el año 1897. Es lógico si tenemos en cuenta que era una zona agrícola y S. Isidro Labrador es el patrón de los labradores.

 

A finales del siglo XIX existía en esta zona una capilla dedicada a Sta. Rosa de la que se conserva todavía alguna piedra.

 

           

 En sesión plenario de fecha 20 de octubre de 1887 se oficializó el nombre de Sta. Clara para la denominaba calle de las Monjas y a la pequeña plazuela que se encuentra frente a la entrada del convento, Plaza de Sta. Clara.

 

Como curiosidad, decir de la rúa de Sta. Clara fue portada del diario ABC, con motivo de las obras de pavimientación de la calle que realizaron de manera voluntaria los vecinos. Incluimos un par de instantáneas sobre este asunto.

 

La Plaza de Sta. Clara fue conocida desde finales del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX, como Plaza del Carbón. Fue una denominación popular pero de gran influencia.

 

                        

Se debía a que se colocaban en dicha plaza los traficantes de carbonilla que colocaban sus burros y la mercancía en ella. Los días de feria en el cercano Campo de S. Antonio eran aprovechados por estos mercaderes.

 

En documentos oficiales de época reciente, relativamente, como durante la II República, se la llamaba así, aunque, como decimos no era nombre oficial.

 

En la publicación local “El Cabe”, fecha 25 de marzo de 1883, nº 6, se puede leer la curiosa noticia:

“(…)

Nos dice un suscriptor  de El Cabe lo siguiente:

Nada por lo visto se consigue de nuestra autoridad local en cuanto se refiere a policía y ornato, a pesar de las diferentes llamadas que se le hacen y del deber que la ley le impone, que se halla de suyo por encima de toda excitación por justificada que sea.

Del proverbial descuido en que se hallan los servicios antes aludidos se destaca un incidente por cierto nuevo en su género, digno de mencionarse. (…) las calles Crucero y Monjas (…) salen dos aceras que se dirigen calle arriba hacia las de la Corredoira y Remuerde; pues bien, fue preciso reparar una de ellas como le sucede a todas las que hay en la población sin excepción y sin que se sepa de quien ha salido el ingenioso método los operarios que han asegurado lo hacían de orden del señor Alcalde, levantaron las piedras de una de las aceras para colocar en las faltas que tenía la otra, añadiendo así un nuevo método precipio a tantos otros que ya se cuentan(…).”

 

felipe aira pardo