El
Deposito de RENFE en Monforte estaba formando por, la Rotonda, que es
una nave en forma de herradura que era utilizada para la revisión y
mantenimiento del centenar de locomotoras de vapor asignadas al nudo de
Lemos, en los años 50. Con una plataforma giratoria, de 25 metros que se
utilizaba para invertir la marcha de las máquinas.
La Rotonda contaba con cinco vías de entrada, 12 de topera al aire libre
y 19 bajo techo y tenía capacidad para albergar veinticuatro locomotoras
a la vez. Este complejo, único que se conserva en Galicia en el terreno
de la arquitectura industrial ferroviaria y uno de los pocos que quedan
en toda España. El puente giratorio vio por última vez el vapor en 1998,
cuando la Mikado de la ALAF se acercó a Galicia y le tocó cambiar de
sentido en Monforte. Ante la falta de motor para efectuar el giro, este
se hizo gracias a los esfuerzos de los aficionados presentes en el
viaje. Aún así, en 2000 se llevó al puente al vagón engrasador de
catenaria, debido a que este coche ejecuta sus tareas en un solo
sentido, pero la falta de corriente eléctrica y a que el mando manual no
tiene cadena, no se pudo mover el puente, y se tuvo que llevar el vagón
a la placa de Orense, gemela a esta. Enfrente de estos edificios y al
lado de la vía de Lugo, se encontraban los “areneros”, cuatro grandes
tanques para el agua de las máquinas de vapor, la fosa que contenía el
carbón y el tanque de gasoil que se construyó posteriormente.
En las dependencias de la Rotonda y en las vías próximas, cuando dejaron
de funcionar, se depositaron máquinas para su desguace, como las “435
reformadas”, incluso en 1986 se aparcó un ferrobús en perfecto estado,
que al poco tiempo ya le faltaba todo su interior, aunque sus motores
estaban bien y tanto las transmisiones como los motores se conservaron
para el ferrobús de la ASVAFER. También se albergaron en las
dependencias de la Rotonda las 1800, una vez dadas de baja y que
posteriormente (algunas se recuperaron) como la 1801, que se encuentra
en Vilanova i La Geltrú, otra se expone en el TCR de Villaverde Bajo en
Madrid, otra estaba reservada para Orense y otra para Santiago.
Además de
la Rotonda, el deposito de RENFE de Monforte estaba formado por: las
naves- taller para locomotoras eléctricas. Fueron construidos a la vez
que llegó la catenaria a Monforte, en 1962. Antes de llegar a la
rotonda, existían varios edificios de oficinas, vestuarios y almacenes,
que siguen en pie, pero en mal estado de conservación.
La
historia de Monforte está ligada a la RENFE, ya que durante mucho tiempo
sus instalaciónes dieron trabajo, directa o indirectamente a toda la
población de Monforte, ya que contaba en la década de los 50-60, con
cerca de 3.000 trabajadores.
Uno de
los hechos con más relevancia en la historia de RENFE en Monforte fue el
DERRUMBAMIENTO DE LA ROTONDA, en la que perdieron la vida 5
obreros (Antonio Rodríguez Sanchez, Abelardo Neira Alvarez, Pedro Diaz
Gonzalez, los cadáveres fueron extraidos de entre los casquetes que hubo
cortar con sopletes, también resultaron heridos de gravedad, Manuel
Gonzalez Gonzalez con fractura de la columna vertebral, que falleció en
la ambulancia , también resultaron con heridas graves José Gonzalez
Novelle con fractura de esternón y Tomás Moure López y otros 7 obreros
resultaron con heridas leves (siete locomotoras quedaron afectadas por
el derrumbamiento. Esta cantidad de victimas pudo haber sido mucho
mayor, primero, si no hubiese coincidido en domingo (18 de Enero
de 1953, a las 9 de la mañana) y segundo porque, ese día hacía
mucho frío y varios obreros estaban calentándose al lado de una estufa y
vino alguien “que no podrían olvidar a lo largo de su vida, el Sr. José
Dapena Casanova, encargado y conocido por “O Reigada” y este encargado
los echó del lado de la estufa, invitándolos a que fueran a cumplir con
sus quehaceres y casi al momento de salir de allí los obreros, se
derrumbó la rotonda, la estufa quedó totalmente enterrada por los
cascotes.
La hermosa historia del suceso contada por el propio “Reigada” a una
de sus nietas es la siguiente:
Cuando
leí la pequeña reseña en homenaje a José Casanova "Letanías" me emocione
y recordé la historia que tantas veces, con un escalofrío, me contaba mi
abuelo.
Aun
cuando a lo mejor no te sirve para incluirla en tu web, te la cuento
por que supongo puede despertar la curiosidad de muchos y es una
anécdota que me parece preciosa y tiene que ver con la "Galicia mágica".
Primero
os diré que mi abuelo, católico practicante, consideraba que las
historias de meigas, espíritus, apariciones etc. eran propias de gente
con o problemas, a veces de difícil solución y algunos casos, nerviosos,
o con poca cultura. Equivocada o no, era su postura. Te cuento esto para
que te hagas una idea de que una persona con esta línea de pensamiento
es difícil que admita y cuente lo que te relato.
La
Rotonda se derrumbo un frió día de enero, el 18 de 1953, a las nueve de
la mañana.
Mi
abuelo era subcontramaestre del deposito. Ese domingo libraba y no tenía
que ir a trabajar. Se levanto con la idea de ir a misa (ya sabeis, años
50), pero repentinamente cambio de opinión. El mismo después de pasar
mas de 30 años (falleció en 1985) no se explicaba el cambio repentino y
menos teniendo en cuenta las duras condiciones de trabajo de la época.
Al
salir de casa, era noche cerrada como corresponde a un día de invierno
hacia las 6 am, empezó a notar una especie de luz que se le posaba sobre
el hombro. Parece que la luz aparecía y desaparecía. Fuera lo que fuera,
se puso muy nervioso. Él era una persona muy cordial, que no solía
perder las formas, ya que como el decía "quería armonía a su alrededor".
Al
llegar al deposito repartió el trabajo entre su gente y se puso a lo
suyo. De repente, parece que nuevamente se le poso la luz en el hombro,
lo cual le altero muchísimo. Para distraerse entró en la nave y vio a
toda su gente "al calor de una estufa".
No era
habitual en él pegar gritos y jurar, pero eso es exactamente lo que hizo
ante el asombro de los que lo conocían bien. Su actitud, por extraña en
él, tuvo como consecuencia que salieran practicamente todos disparados y
se pusieran a lo suyo. No pasaron ni diez minutos, de hecho el acababa
de cruzar la puerta de salida, cuando se derrumbo la Rotonda a sus
espaldas.
Mi
abuelo, fue "aquel jefe que los saco del calor de la estufa". Se llamaba
José Dapena Casanova, conocido en la RENFE por "Reigada". Creo que era
primo de Letanías o de la madre de este.
Toda
su gente le rindió el 15 de diciembre del 1962 un emotivo homenaje al
jubilarse. Y aquellos hombres acostumbrados a un trabajo duro y en
condiciones que hoy no se admitirían le compusieron un maravilloso poema
que conservo y transcribo:
"A un
bon home, José Dapena Casanova, dos seus amigos e compañeiros con motivo
do homenaxe que lle renderon, por comprir honradamente o castego bíblico
que ven padecendo a humanidade, “non toda”, a través dos séculos,
"ganarás el pan con el sudor en la RENFE" imposto por a lambona de unha
muller...
"Jose
Dapena Casanova no precisa compridos nin tampouco presentación
¿Quen
non coñece a Dapena no Pueblo e na Estación
¿Quen
non sabe o mismo tempo que o ben da sua alma é leito e tumba do corazon?
Nos
que temos para istes homes de vertudes exeulsas,
de
méritos e grandezas
as máis
grandes xentilezas
sabendo
que nos vai deixar por que se vai xubilar
tributamoslle pleitesia
cunha
hinchenta de raio
¡que
mandou moito carallo¡
E
despois de hincharnos ben
suspiramos quedo a quedo
por
xubilarse un compañeiro
¡e que
bon compañeiro por certo"
Es
posible que nada de esto te sirva, pero creo que en este caso es una
bella historia. ¿Casualidad?, ¿Aviso "divino"?. No lo se y el mismo no
se explicó nunca lo extraño que se sintió aquel día hasta que ocurrió el
desastre. De la luz, nunca más se supo.
La
poesía, te la envío por que salió del corazón de gente que, como tu
mismo dices en tu página, trabajaba en condiciones muy duras. A mi me
emociona que la vida no nos endurezca del todo. Además, después de 48
años de servicio en la RENFE, era el recuerdo que guardaba con más
cariño.
Perdona
la extensión y nuevamente gracias por la página. Yo pase los primeros
cuatro años de mi vida en Monforte con mis abuelos y para mi, es mi
lugar del alma.
Sagrario
Abelaira
Saludos
cordiales,
Fotos de casan, Manuel Pereira Yáñez, jrcasan.com y AMAFER-