La marea acaricia cicatrices, las envuelve
en el manto de olas, se comió lo
negro de la tierra, se quedó con
la última aurora.
La marea
acaricia a las piedras en la entrada
del puerto dormido, como en una
sabana sin fieras, sin fe en los
palos de las barcarolas, sin sueños por
lo vivido.
La marea
recoge suspiros, los envuelve
en el manto d espuma, yo que aposté
todas mis deudas, a que veo el
mar en los libros, que toco con
mis dedos la bruma.