En
el pueblo de A Seara comienza una de las rutas de senderismo más
espectaculares de la sierra de O Courel Ascensión
a la laguna de Lucenza
Arquitectura.
El pueblo de A Seara, que está siendo restaurado íntegramente, en la
actualidad, es una destacada muestra de la arquitectura popular de montaña.
Sus casas de pizarra con corredores y balcones conforman un conjunto de
gran valor etnográfico. El río Selmo crea en él parajes de gran
belleza, como el antiguo puente de centro del pueblo y la cascada de As
Gurbias.
Origen
glaciar.
La laguna de Lucenza tiene setenta metros de diámetro y sólo en los
veranos más tórridos llega a secarse. Es de origen glaciar y su antigüedad
se remonta al Pleistoceno superior, hace más de 16.000 años.
Entre
la aldea de A Seara y la laguna glaciar de Lucenza se extiende una de
las rutas de senderismo más destacadas de la sierra de O Courel. El
trayecto, que asciende por un desnivel de cuatrocientos metros, conjuga
el atractivo de la arquitectura tradicional, panoramas espectaculares y
algunos de los parajes naturales
más
notables de toda la montaña
lucense.
Para
tomar el camino de A Seara a la laguna, salimos a la carretera que une
Cruz de Outeiro con Ferramulín. A la altura del puente, antes de
cruzarlo, empieza el sendero. En el primer tramo, labrado en la roca
viva, se aprecian los profundos surcos dejadas por los carros.
A
doscientos metros está la cascada de O Fócaro, uno de los saltos de
agua más bellos de O Courel, con treinta metros de altura y caudal
constante durante todo el año. Para llegar basta su base, donde hay una
pequeña piscina natural, cruzamos un puente de lousas
y nos desviamos a la izquierda a través de un prado. El sendero
sigue paralelo al río Selmo, aunque algo alejado de su cauce, con una
pendiente suave. En otro tiempo, ésta era una zona de pastoreo que se
extendía hasta las inmediaciones del Fornigueiros.
A
los ochocientos metros surge un camino a la derecha que baja hasta el río
y lo cruza por un puente para salir a O Lago, una zona de pastizales con
bellas vistas del valle de A Seara donde se encuentra una antigua cabaña
de pastores construida con pizarra. Llegar a ella no es muy fácil,
porque el camino está cerrado por la maleza.
Seguimos
por el sendero principal hasta el kilómetro 1,3 y allí cruzamos el
arroyo de Porto Mourelos por un puente de madera. A su altura está uno
de los mayores saltos de agua de la sierra: la cascada de Navaregas, de
unos setenta metros. El camino se desvía a la derecha, flanqueado al
principio por dos altos muros de piedra, para desviarse luego a la
izquierda. Desde aquí y hasta el fin del sendero, la subida es bastante
fuerte, aunque llanea en los últimos doscientos metros. En este tramo
se ven espectaculares panoramas de A Seara, Montouto y Porto Murelos, así
como otras dos cascadas en los arroyos de Porto Murelos y Pico do
Paxaro, este último nacido en la laguna.
Última
etapa.-
Siguiendo
un letrero indicador, nos desviamos a la izquierda por un sendero que
baja unos pocos metros. Cruzamos un arroyo y subimos
treinta
metros
hasta la hondonada donde está la laguna. El sendero sigue monte arriba
hasta la Campa de Lucenza, donde hay un cruce de pistas que llevan a la
parte superior de la Devesa da Rogueira y los montes Pía Paxaro y
Formigueiros.
Recorrido.
El
sendero de A Seara a Lucenza tiene 2,6 kilómetros y asciende desde los
mil metros de altura a la que se encuentra
el pueblo, hasta los 1.400 metros, donde se halla la laguna.
Grado
de dificultad.
La
dificultád de esta ruta es media-alta
y el tiempo requerido para
la ida y la vuelta es de
unas dos horas y media. El camino está perfectamente acondicionado en
todo su recorrido, aunque sólo está señalizado con un letrero en
el último tramo.
Albergue.
En
A Seara hay un albergue de
cincuenta plazas utilizado habitualmente por los miembros de la
Federación Galega de Montañismo. El teléfono de
información y reservas es el 982.185324. El albergue es regentado
por los propietarios del Mesón A Seara, especializado en
gastronomía típica de la zona. Cuenta también con un
hostal de cuatro habitaciones.
Carlos Rueda
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