En la parroquia de Sta. María de Vilaescura, concello de
Sober, existen singulares lugares de gran interés tanto patrimonial como de tipo
arqueológico.
En esta ocasión vamos a visitar la aldea de Vilaoscura,
cuna de artesanos y rica en patrimonio. Fue un lugar de administración templaria,
al igual que Espasantes y Canaval, dependiendo de la de Valverde en Monforte de
Lemos.
A las afueras de la aldea se encuentra la iglesia de
Vilaescura, a la que accedemos por un camino que también nos llevará al castro
del mismo nombre y a la ribera del Cabe. Esta iglesia fue construida sobre otra
más primitiva de la que no quedan restos. En su interior conserva una antigua
pía bautismal con símbolos templarios, se desconoce su procedencia. El actual
edificio es del siglo XVIII, con nave rectangular y cubierta de madera a dos
aguas.
En el retablo mayor, de estilo rococó, se aloja en su parte
central la imagen de la Virgen del Rosario, arropada a ambos lados por las
imágenes de San José, San Joaquín, San Blas y San Roque. Corona el altar un
cristo tallado en madera por el artesano Ruperto Álvarez, vecino de Vilaoscura.
En el lateral izquierdo de la iglesia, tenemos un pequeño
retablo del que destaca la imagen de San Ramón, talla realizada, hace más de 150
años, por un vecino de Vilaoscura llamado Ramón. La réplica del santo la copió
de otra imagen semejante en una de las iglesias de Sober. Este artesano decía
“de este pao hei de facer un santo”. Ambos retablos de los laterales de la
iglesia son neoclásicos, fue rehabilitada hace 10 años y el primer domingo de
septiembre es cuando se le hace la fiesta en honor a la patrona, la Virgen del
Rosario.
Seguimos por el mismo camino y a 100 metros de la iglesia
se encuentra Penabión, un curioso roquedal del que se extrajo gran cantidad de
piedra para los pilares del puente de ferrocarril de San Esteban. Este tipo de
granito, de color azulado, tiene la peculiaridad de ser extremadamente duro,
propiedad fundamental para poder construir los altos pilares del puente. La
piedra era transportada en carros del país hasta la misma vía del ferrocarril, a
continuación se cargaba en vagonetas hasta el mismo lugar donde se estaba
construyendo. La mayoría de la mano de obra era de Vilaescura y sus alrededores,
las obras empezaron en el año 1875 y se terminaron en 1883, cuando pasó el
primer tren.
Siguiendo por el mismo camino y a los pocos metros de este
lugar, parte un ramal a la derecha que nos lleva hasta el Castro de Vilaoscura,
que se encuentra a unos 200 metros de este desvío. Ubicado en una pequeña loma
sobre la misma vertiente que da al río Cabe, desde el que se controla parte del
cañón que forma el Cabe. Actualmente un pequeño bosque de robles cubre la mayor
parte del terreno. De forma oval y unas dimensiones aproximadas de 80 por 60
metros, está orientado dirección sudoeste-nordeste. De sus defensas quedan
algunos restos de muros, el resto fue desmantelado por los vecinos para la
construcción de viviendas y cierres. En la parte nordeste del castro, fue
necesario, para su defensa, la construcción de una terraza de 5 metros de ancho
a base de piedras y tierra. En la croa se aprecian restos de estructuras
pertenecientes a viviendas y que fueron expoliadas.
Como llegar: :
Desde Sober por la carretera que lleva a Rosende
y Vilaescura.
Carlos Rueda |