Cuando una persona enciende un cigarro, está produciendo una
enorme combinación de más de 4000 sustancias químicas,
altamente dañinas, en forma de partículas y gases. Esta
peligrosa mezcla de venenos e irritantes, entre ellos el
amoníaco, monóxido de carbono, dióxido de azufre, alquitrán,
cianuro, formaldehído y muchos más, es causa de una fuerte
contaminación del aire en espacios cerrados como son nuestros
hogares, lugares de trabajo, escuelas, sitios recreativos,
transporte público, restaurantes, bares, discotecas… en fin, en
todos los lugares donde hay personas.
Los daños que ocasiona el cigarro son terribles, provoca
enfermedades en el corazón y pulmones, principalmente, entre
ellas el temible cáncer. Como hemos dicho en párrafos
anteriores, no sólo los fumadores sufren esas enfermedades,
éstas también afectan a los que no fumamos, incluyendo a los
niños, quienes se enferman de asma, neumonía, bronquitis,
infecciones del oído, irritación de ojos y nariz, dolor de
cabeza, naúsea, mareo, inflamación de la garganta, tos y toda
clase de problemas respiratorios. ¡