El Deposito de RENFE en Monforte estaba formando por, la Rotonda que es una nave en forma de herradura que era utilizada para la revisión y mantenimiento del centenar de locomotoras de vapor asignadas al nudo de Lemos en los años 50, con una plataforma giratoria, de 25 metros que se utilizaba para invertir la marcha de las máquinas.
Además de la Rotonda, el deposito de RENFE de Monforte estaba formado por: las naves- taller para locomotoras eléctricas, fueron construidas a la vez que llegó la catenaria a Monforte, en 1962. Antes de llegar a la rotonda, existían varios edificios de oficinas, vestuarios y almacenes, que siguen en pie, pero en mal estado de conservación.
La Rotonda contaba con cinco vías de entrada, 12 de topera al aire libre y 19 bajo techo y tenía capacidad para albergar veinticuatro locomotoras a la vez. Este complejo, único que se conserva en Galicia en el terreno de la arquitectura industrial ferroviaria y uno de los pocos que quedan en toda España. El puente giratorio vio por última vez el vapor en 1998, cuando la Mikado de la ALAF se acercó a Galicia y le tocó cambiar de sentido en Monforte. Ante la falta de motor para efectuar el giro, este se hizo gracias a los esfuerzos de los aficionados presentes en el viaje. Aún así, en 2000 se llevó al puente al vagón engrasador de catenaria, debido a que este coche ejecuta sus tareas en un solo sentido, pero la falta de corriente eléctrica y a que el mando manual no tiene cadena, no se pudo mover el puente, y se tuvo que llevar el vagón a la placa de Orense, gemela a esta. Enfrente de estos edificios y al lado de la vía de Lugo, se encontraban los “areneros”, cuatro grandes tanques para el agua de las máquinas de vapor, la fosa que contenía el carbón y el tanque de gasoil que se construyó posteriormente.
En las dependencias de la Rotonda y en las vías próximas, cuando dejaron de funcionar, se depositaron máquinas para su desguace, como las “435 reformadas”, incluso en 1986 se aparcó un ferrobús en perfecto estado, que al poco tiempo ya le faltaba todo su interior, aunque sus motores estaban bien y tanto las transmisiones como los motores se conservaron para el ferrobús de la ASVAFER. También se albergaron en las dependencias de la Rotonda las 1800, una vez dadas de baja y que posteriormente (algunas se recuperaron) como la 1801, que se encuentra en Vilanova i La Geltrú, otra se expone en el TCR de Villaverde Bajo en Madrid, otra estaba reservada para Orense y otra para Santiago.
Recuperación de material histórico en el Deposito de Monforte
La historia de Monforte está ligada a la RENFE, ya que durante mucho tiempo sus instalaciónes dieron trabajo, directa o indirectamente a toda la población de Monforte, ya que contaba en la década de los 50-60, con cerca de 3.000 trabajadores.
Algunas personas que estaban trabajando aquellos días
Uno de los hechos con más relevancia en la historia de RENFE en Monforte fue el DERRUMBAMIENTO DE LA ROTONDA, en la que perdieron la vida 5 obreros (Antonio Rodríguez Sanchez, Abelardo Neira Alvarez, Pedro Diaz Gonzalez, los cadáveres fueron extraidos de entre los casquetes que hubo cortar con sopletes, también resultaron heridos de gravedad, Manuel Gonzalez Gonzalez con fractura de la columna vertebral, que falleció en la ambulancia , también resultaron con heridas graves José Gonzalez Novelle con fractura de esternón y Tomás Moure López y otros 7 obreros resultaron con heridas leves (siete locomotoras quedaron afectadas por el derrumbamiento. Esta cantidad de victimas pudo haber sido mucho mayor, primero, si no hubiese coincidido en domingo (18 de Enero de 1953, a las 9 de la mañana) y segundo porque, ese día hacía mucho frío y varios obreros estaban calentándose al lado de una estufa y vino alguien “que no podrían olvidar a lo largo de su vida, el Sr. José Dapena Casanova, encargado y conocido por “O Reigada” y este encargado los echó del lado de la estufa, invitándolos a que fueran a cumplir con sus quehaceres y casi al momento de salir de allí los obreros, se derrumbó la rotonda, la estufa quedó totalmente enterrada por los cascotes.
La Rotonda se derrumba (La Vanguardia española-pdf
El tren como bien histórico (Correo Gallego-pdf
Patrimonio histórico ferroviario (El Progreso-pdf
Mas información de Renfe en Monforte
La hermosa historia del suceso contada por el propio “Reigada” a una de sus nietas es la siguiente:
Cuando leí la pequeña reseña en homenaje a José Casanova «Letanías» me emocione y recordé la historia que tantas veces, con un escalofrío, me contaba mi abuelo.
Aun cuando a lo mejor no te sirve para incluirla en tu web, te la cuento por que supongo puede despertar la curiosidad de muchos y es una anécdota que me parece preciosa y tiene que ver con la «Galicia mágica».
Primero os diré que mi abuelo, católico practicante, consideraba que las historias de meigas, espíritus, apariciones etc. eran propias de gente con problemas, a veces de difícil solución y algunos casos, nerviosos, o con poca cultura. Equivocada o no, era su postura. Te cuento esto para que te hagas una idea de que una persona con esta línea de pensamiento es difícil que admita y cuente lo que te relato.
La Rotonda se derrumbo un frió día de enero, el 18 de 1953, a las nueve de la mañana.
Mi abuelo era subcontramaestre del deposito. Ese domingo libraba y no tenía que ir a trabajar. Se levanto con la idea de ir a misa (ya sabeis, años 50), pero repentinamente cambio de opinión. El mismo después de pasar mas de 30 años (falleció en 1985) no se explicaba el cambio repentino y menos teniendo en cuenta las duras condiciones de trabajo de la época.
Al salir de casa, era noche cerrada como corresponde a un día de invierno hacia las 6 am, empezó a notar una especie de luz que se le posaba sobre el hombro. Parece que la luz aparecía y desaparecía. Fuera lo que fuera, se puso muy nervioso. Él era una persona muy cordial, que no solía perder las formas, ya que como el decía «quería armonía a su alrededor».
Al llegar al deposito repartió el trabajo entre su gente y se puso a lo suyo. De repente, parece que nuevamente se le poso la luz en el hombro, lo cual le altero muchísimo. Para distraerse entró en la nave y vio a toda su gente «al calor de una estufa».
No era habitual en él pegar gritos y jurar, pero eso es exactamente lo que hizo ante el asombro de los que lo conocían bien. Su actitud, por extraña en él, tuvo como consecuencia que salieran practicamente todos disparados y se pusieran a lo suyo. No pasaron ni diez minutos, de hecho el acababa de cruzar la puerta de salida, cuando se derrumbo la Rotonda a sus espaldas.
Mi abuelo, fue «aquel jefe que los saco del calor de la estufa». Se llamaba José Dapena Casanova, conocido en la RENFE por «Reigada». Creo que era primo de Letanías o de la madre de este.
Toda su gente le rindió el 15 de diciembre del 1962 un emotivo homenaje al jubilarse. Y aquellos hombres acostumbrados a un trabajo duro y en condiciones que hoy no se admitirían le compusieron un maravilloso poema que conservo y transcribo:
«A un bon home, José Dapena Casanova, dos seus amigos e compañeiros con motivo do homenaxe que lle renderon, por comprir honradamente o castego bíblico que ven padecendo a humanidade, “non toda”, a través dos séculos, «ganarás el pan con el sudor en la RENFE» imposto por a lambona de unha muller…
«Jose Dapena Casanova no precisa compridos nin tampouco presentación
¿Quen non coñece a Dapena no Pueblo e na Estación
¿Quen non sabe o mismo tempo que o ben da sua alma é leito e tumba do corazon?
Nos que temos para istes homes de vertudes exeulsas,
de méritos e grandezas
as máis grandes xentilezas
sabendo que nos vai deixar por que se vai xubilar
tributamoslle pleitesia
cunha hinchenta de raio
¡que mandou moito carallo¡
E despois de hincharnos ben
suspiramos quedo a quedo
por xubilarse un compañeiro
¡e que bon compañeiro por certo»
Es posible que nada de esto te sirva, pero creo que en este caso es una bella historia. ¿Casualidad?, ¿Aviso «divino»?. No lo se y el mismo no se explicó nunca lo extraño que se sintió aquel día hasta que ocurrió el desastre. De la luz, nunca más se supo.
La poesía, te la envío por que salió del corazón de gente que, como tu mismo dices en tu página, trabajaba en condiciones muy duras. A mi me emociona que la vida no nos endurezca del todo. Además, después de 48 años de servicio en la RENFE, era el recuerdo que guardaba con más cariño.
Perdona la extensión y nuevamente gracias por la página. Yo pase los primeros cuatro años de mi vida en Monforte con mis abuelos y para mi, es mi lugar del alma.
Sagrario Abelaira Saludos cordiales, Fotos de casan, Manuel Pereira Yáñez, jrcasan.com y AMAFER-